Margaret Hamilton, es considerada la pionera de la ingeniería de software, desarrolló el ordenador de navegación del Programa Espacial Apolo.

Margaret Elaine Heafield nació en Paoli, en el estado norteamericano de Indiana, el 17 de agosto de 1936. Le faltaba apenas un mes para cumplir los 33 años cuando Armstrong dejó la primera huella humana en la Luna. Para ello, fue clave el trabajo pionero de Margaret por más que hayamos tardado tanto en reconocérselo. Inició sus estudios de Matemáticas en la Universidad de Michigan y se trasladó más tarde al Earlham College. De allí salió con pareja, James Cox Hamilton, (quien acabaría convertido en su marido) y licenciada en 1958.
Estudió matemáticas abstractas en la Universidad de Brandeis y entró a trabajar con 24 años en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde se involucró primero en diferentes proyectos dentro del departamento de Meteorología, hasta convertirse en directora de la división de ingeniería de software.
Trabajó en el diseño de un software dedicado a la predicción del tiempo. Formó parte del proyecto SAGE entre 1961 y 1063 que, dada su efectividad, acabó teniendo un uso militar para detectar aviones enemigos. El éxito en sus trabajos no pasó desapercibido y le sirvió para unirse al Laboratorio Charles Stark Draper del MIT, que por entonces trabajaba en el Programa Apolo.
Pionera de la ingeniería de software Se puede decir que Margaret Hamilton convivió e impulsó el nacimiento de la programación como ciencia. Con determinación y de manera irremediablemente autodidacta, sentó las bases de la “ingeniería de software”, un término cuya invención se le atribuye a la propia Margaret.
Su trabajo para la NASA
El primero de sus proyectos más trascendentes para la NASA fue el desarrollo de un programa de emergencia para abortar una misión espacial, al que bautizaron como Forget it (en español, “olvídalo”). Margaret fue especialista en anticipar los errores que pudieron acabar con el objetivo de llegar a la Luna.
Como directora de programación del ordenador de vuelo del Apolo, Hamilton llegó a dirigir a cientos de programadores. El proyecto le requería un esfuerzo ingente y las horas de dedicación no eran muy compatibles con la conciliación familiar. En ocasiones, tenía que acudir al trabajo acompañada por su hija de cuatro años para pasar más tiempo con ella, aunque de la situación no se salvó su matrimonio y se divorció en 1967.
Dos años después, el hombre llegó a la Luna gracias al software que diseñó para la NASA, capaz de distinguir entre las prioridades de cada tarea, una revolución que marcó un hito en la historia de la informática. El programa permitía realizar cálculos durante la misión y contaba con un sistema de detección de errores capaz de avisar a los astronautas en caso de que se produjese un hecho inesperado, como el que precisamente tuvo lugar el 20 de julio de 1969.
No ha sido hasta tiempos recientes cuando el trabajo de Margaret se ha visto reconocido. Una foto viral en redes sociales de nuestra protagonista al lado de las 400 000 líneas de código impresas que fueron necesarias para el software empezó a remover el interés por los personajes detrás de los primeros hombres en pisar la Luna.
En 2003, la NASA decidió reconocer su destacada labor con el premio NASA Exceptional Space Act por sus contribuciones científicas y técnicas.
En 2016, el presidente Barack Obama concedió a Hamilton la Medalla de la Libertad, señalando que "su ejemplo habla del espíritu americano de descubrimiento."

La historia de Hamilton, que llegó a fundar su propia empresa, sirve de inspiración para numerosas mujeres que, como ella, decidieron dedicar su vida a la informática, un campo en el que la presencia femenina continúa siendo escasa.
Con información de: muyhistoria.es / independentespanol.com
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