Las prodigiosas mentes detrás de las armas más letales de la historia y su remordimiento posterior (Parte III)
- Semanario Veritas
- hace 1 día
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De la bomba atómica de Oppenheimer a la dinamita de Nobel, algunos científicos han visto cómo sus investigaciones no sólo significaron grandes avances para la ciencia y la tecnología, sino que se transformaron en vehículos para la destrucción. Hoy hablaremos del agente naranja, creado por Arthur Glaston.

El arma química de Glaston. Arthur Glaston fue un fisiólogo y biólogo estadounidense que dedicó su vida a estudiar el mundo vegetal, sobre todo, a entender cómo las hormonas vegetales y los efectos de la luz afectan el desarrollo de las plantas.}
En sus investigaciones descubrió que un componente llamado ácido triyodobenzoico (TIBA) era capaz de estimular la floración de la soya y hacerla crecer más rápidamente, pero que si le aplicaba en exceso podría hacer que la planta muriera.
Este principio fue la chispa que llevó a otros científicos a desarrollar el llamado “Agente Naranja”, un poderoso herbicida que fue usado como un arma química durante la guerra de Vietnam, que tuvo lugar entre 1955 y 1975.
En ese conflicto bélico, el Ejército de Estados Unidos liberó unos 20 millones de galones de “Agente Naranja” sobre las selvas y cosechas vietnamitas en las que se escondía la guerrilla del Vietcong y de las que dependía para alimentar a sus tropas.
El herbicida era capaz de destruir los cultivos y exponer las posiciones, rutas y movimientos del enemigo, pero a un altísimo costo, pues al mismo tiempo causaba un enorme daño ambiental potencialmente irreversible, además de producir afectaciones riesgosas para la salud de los humanos.
Galston advirtió la situación, señalando que la “dioxina” el componente más peligroso del “Agente Naranja” es un contaminante que puede permanecer en el medio ambiente por décadas, además de causar cáncer, malformaciones en los fetos en desarrollo, infertilidad y daños en los sistemas nerviosos e inmunes.

La vida de esta toxina es de 1 a 3 años en superficies totalmente expuestas al sol, de 20 a 50 cuando llega a subsuelos y más de 100 años cuando toca sedimentos fluviales y marinos.
A diferencia de Oppenheimer, las advertencias de Galston tuvieron su efecto sobre el gobierno de Estados Unidos, entonces en cabeza de Richard Nixon, quien ordenó, tras años de uso, que se detuvieran las fumigaciones con Agente Naranja.
En vida, Galston llegó a declarar que el Agente Naranja había sido un “mal uso de la ciencia”, pero que cada avance científico era potencialmente pervertible en algo dañino para la humanidad.
“Solía pensar que uno podría evitar involucrarse en las consecuencias antisociales de la ciencia simplemente no trabajando en ningún proyecto que pudiera tener fines malignos o destructivos. He aprendido que las cosas no son tan simples y que casi cualquier hallazgo científico puede pervertirse o deformarse bajo las presiones sociales”, dijo el científico.
“La ciencia está destinada a mejorar la suerte de la humanidad, no a disminuirla, y su uso como arma militar me pareció desaconsejable”, agregó.
Durante la Guerra de Vietnam se rociaron un total de 45 millones 677 mil 937 litros de Agente Naranja, los cuales siguen haciendo estragos en la naturaleza hasta hoy. Según la revista “Scientific Research” 20% de las zonas de la selva se fumigaron al menos una vez.

Fuente: infobae.com








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