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¿Tienes un llamado misionero?: Preguntas de evaluación y pasos a seguir

  • Foto del escritor: Semanario Veritas
    Semanario Veritas
  • 11 oct
  • 5 Min. de lectura

¿Te llama Dios a ser misionero? Esta puede ser una pregunta difícil de contestar. En primer lugar, porque no encontramos una descripción explícita de un «llamado misionero» en las Escrituras. En segundo lugar, porque el llamado a las misiones es único para cada persona. Esto significa que Dios generalmente guía a una persona a las misiones a través de experiencias personales acumulativas y no a través de un evento en particular.


Evangelización
Imagen: Multimedia de WIX.

Considera algunas preguntas de evaluación que pueden ayudarte a tomar una decisión al respecto. También algunos pasos a seguir. Estas son algunas preguntas de evaluación:


1) ¿Anhelas ver a Dios glorificado entre las naciones? Los misioneros se caracterizan por una pasión por ver a Cristo exaltado. Lamentan profundamente la realidad de que Dios no sea adorado en algunas regiones, países, ciudades y pueblos. Por lo tanto, una de sus grandes motivaciones para dedicarse a las misiones es ver a Dios siendo adorado en espíritu y en verdad a nivel global (1 Co 9:16).


2) ¿Tienes un deseo por las misiones? No me refiero al anhelo por las aventuras y ese encanto que comúnmente se asocia con las misiones internacionales. Eso se desvanecerá rápidamente una vez asimiles la nueva cultura a la que Dios te envíe. Me refiero a tener un deseo por abrazar el ministerio transcultural. ¿Estás interesado en aprender nuevas culturas, idiomas y puntos de vista?


3) ¿Sientes una carga por los no alcanzados? Sentir una carga por los perdidos es un buen indicador de un llamado misionero. Esto motiva a los misioneros a utilizar todos los medios necesarios para llevar el evangelio adonde no ha llegado aún.


4) ¿Cumples con los requisitos del liderazgo bíblico? Aunque no toda asignación misionera requerirá que el misionero cumpla con los requisitos de un anciano, no es negociable el hecho de que los misioneros deben cumplir con las calificaciones de carácter establecidas en la Biblia (Tit 1:5-9, 1 Ti 3:1-7, 1 P 5:1-4).


5) ¿Comparte tu cónyuge el llamado a las misiones? Si estás casado, es imperativo que ambos tengan la seguridad del llamado de Dios a las misiones (Ef 5:31). No hay razón bíblica para creer que Dios llamaría a uno y no al otro.


6) ¿Estás físicamente apto para servir en condiciones transculturales demandantes? Si tu respuesta es «no», eso no quiere decir que no hayas sido llamado a las misiones. Pero debes entender que esto limitará las posibles asignaciones misioneras.


10 pasos a seguir. Es posible que luego de considerar las preguntas anteriores, sientas que Dios sí te ha llamado y el Espíritu te ha apartado para «para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a Su nombre» (Ro 1:5). Es posible que creas estar listo para abrazar tu misión y abandonar todo lo que te ha brindado comodidad y seguridad, a cambio de tierras y culturas desconocidas. Si es así, entonces te invito a considerar los próximos diez pasos en tu preparación para el servicio misionero.


1) Consulta a tu iglesia local: Comparte con tu iglesia tu llamado a las misiones. Ellos deben estar involucrados en el proceso. Dios usará a la iglesia local para confirmar tu llamado y equiparte para el servicio misionero.


Un misionero es una extensión de la iglesia que lo ha enviado y debe rendirle cuentas a ella (Hch 14:26-28). Dios ordenó que tu llamado sea obedecido a través de tu comunidad local de fe. Por lo tanto, involucra a tu iglesia en el proceso y sométete con gracia a su liderazgo.


2) Profundiza en tu relación con Cristo: Esfuérzate por hacer del gran mandamiento tu prioridad (Mt 22:37- 40). Los misioneros pueden llegar a experimentar soledad, tentación, decepción e incluso depresión en el campo. También habrá dificultades físicas, emocionales y espirituales. Por eso, antes de ser hay que desarrollar el hábito diario de la oración y la comunión con Cristo. La intimidad con Dios es lo único que te sostendrá en el campo misionero.


3) Llena tu corazón con las Escrituras: Los misioneros son mensajeros. Por lo tanto, es importante que tengas un conocimiento profundo del evangelio y de la teología bíblica. El poder de Dios para salvación es el evangelio, no el misionero (Ro 1:16). Sé intencional en tu crecimiento espiritual y estudio de la Palabra.


4) Adquiere entrenamiento teológico: La educación teológica formal no es una credencial obligatoria para el servicio misionero. Las Escrituras enseñan que un líder de la iglesia «debe retener la palabra fiel que es conforme a la enseñanza, para que sea capaz también de exhortar con sana doctrina y refutar a los que contradicen» (Tit 1:9). Esto implica que los líderes deben tener conocimiento bíblico y teológico profundo, así como la habilidad de comunicar dicho conocimiento. No podrás compartir con otros lo que tú mismo no conoces bien.


5) Investiga estrategias de evangelismo: Un misionero debe estar capacitado para compartir el evangelio de manera clara, veraz y contextualizada. Por eso es importante que estudies sobre los diferentes métodos evangelísticos, de modo que estés preparado para los diferentes encuentros futuros.


6) Haz discípulos: La Gran Comisión que nos dio Jesús es hacer discípulos. La meta fundamental de las misiones es hacer discípulos que hacen discípulos, para la gloria de Dios. La verdad es que, si no estás haciendo discípulos en tu propia cultura y en tu iglesia local, no harás discípulos en una cultura extranjera con una lengua extranjera.


El llamado a ser misionero puede causar temor. Pero si Dios te ha llamado a ser un misionero, puedes confiar en que Él te equipará para la obra (1 Ts. 5:24). Por lo tanto, considera las preguntas y los pasos anteriores y, en oración, pregúntale a Dios si es su voluntad que sirvas en su reino como misionero. Escucha su respuesta y obedece.


7) Investiga sobre las agencias que envían misioneros: Hay agencias misioneras de renombre que pueden ayudarte junto a la iglesia local a cumplir tu llamado misionero. Investiga cómo pueden asistirte en el levantamiento de fondos, la capacitación transcultural y el desarrollo integral. Asegúrate de que la agencia sea consistente con tu visión de ministerio y tus convicciones teológicas.


8) Desarrolla habilidades lingüísticas y transculturales: Debes comprometerte con la labor ardua del aprendizaje de un nuevo idioma y la adaptación a una nueva cultura en el campo misionero.


9) Participa en viajes misioneros estratégicos de corto plazo: He usado de forma intencional la palabra «estratégicos» porque existen muchos viajes misioneros de corto plazo que, desafortunadamente, parecen más bien viajes de turismo. Así que, busca un aliado o una agencia misionera comprometida con una misionología consistente con las Escrituras, de la cual puedas aprender y aplicar para tu contexto futuro, y empieza a realizar viajes cortos para conocer el campo misionero y practicar tu llamado.


10) Abraza tu llamado: Dios te ha apartado como instrumento de gracia, equipado con el poder del Espíritu Santo para proclamar el evangelio. Él te ha dado el privilegio de participar en su misión de redención y reconciliación. No será fácil, pero recuerda que Dios es infinitamente digno de tu obediencia. Descansa en el hecho de que en la eternidad no te arrepentirás de ningún sacrificio hecho por el avance del reino.


Con información de: coalicionporelevangelio.org



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