La necesidad real del ser humano

Por Pablo Cristaldo

Todos necesitamos motivos para luchar y vivir; es como el motor de nuestra existencia, sin embargo, la gran mayoría de las personas realmente no tienen un objetivo trascendente en la vida, todo pasa por lo que el momento sugiera. En definitiva, la calidad de vida depende en gran parte de lo que el ser humano tenga como propósito y prioridad, aunque a simple vista esto no parezca así.

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Concluyamos en algo: Que ante la inexistencia física de algo también se determina la desidia al respecto de la mayoría, por ejemplo, si nadie pudo desarrollar algo como una máquina del tiempo, es probable que la mayoría pierda total interés en ese invento, hasta que eventualmente sea una realidad y nuestros "reflectores" lo tengan en cuenta. Existen muchos proyectos, algunos en etapa experimental, que tal vez desconozcamos totalmente, incluso que consideremos imposibles, pero que dentro de su contexto y las personas que participan de estos proyectos, adquieren forma y sentido.

Que no te sorprenda la vida cuando, por aciertos del destino, y por voluntad divina, te conviertas en una persona pública, influyente, adinerada o poderosa, y automáticamente aparezcan muchas caras, muchas de verdad, que deseen tener cercanía y aplomo contigo. No es hipocresía, no es simple empatía, es sencillamente un arraigo semianimal que cada persona tiene, y que los que no lo demuestran lo reprimen con el desarrollo de otros valores y voluntades. Es como un sentido de supervivencia en una jungla post moderna. Así como la búsqueda de un buen cuerpo en la mujer, o como el poder adquisitivo en el hombre, la fama y la influencia son de igual manera atractivas y que despiertan una poderosa ambición en mucha gente. Comenzarás a aparecer en los "reflectores" también y para más personas comenzarás a tomar forma.

Es natural, además, que consideremos estas cosas como apetecibles. La fama, el dinero, las influencias, el poder, son virtudes que, independientemente de lo que conozcamos acerca de como dominarlos correctamente, nos seducen y hasta podríamos perder la vida en pos de ellos, pero ¿Es realmente lo que necesitamos para vivir con gozo y verdadero propósito? A medida que lo pienso alcanzo el extremo de pensar que ni la muerte podrá separarnos del vacío que produce buscar en lugares incorrectos, así como ni la muerte misma podrá separarnos del verdadero amor una vez que encontremos la vida en el lugar correcto.

Temo llegar a lo mismo de siempre, una necesidad desesperada por establecer una verdadera comunión con Dios para darnos cuenta que lo efímero nunca podrá igualar en saciedad con las cosas eternas e inamovibles que solo Dios, en Cristo Jesús pueden proporcionar al alma pobre que el ser humano posee. La búsqueda de la felicidad se resume en Cristo, y lo demás puedo asegurar con certeza que es mera aflicción de espíritu.