top of page

China y Hong Kong en 2025: la advertencia de RSF que se volvió realidad

  • Foto del escritor: Semanario Veritas
    Semanario Veritas
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura

Por Pablo Cristaldo


El informe “El gran salto atrás del periodismo en China”, publicado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) en diciembre de 2021, alertaba sobre una ofensiva sin precedentes del régimen chino contra la libertad de prensa. Cuatro años después, los datos y los hechos confirman que aquella advertencia no solo fue acertada, sino que describió el inicio de una etapa de consolidación autoritaria que hoy se proyecta dentro y fuera de las fronteras chinas.


China
Imagen: rsf.org.

En 2021, RSF describía un panorama sombrío: periodistas obligados a convertirse en portavoces del Partido Comunista, detenciones masivas, censura digital, vigilancia permanente y el uso de la seguridad nacional como pretexto para sofocar cualquier disidencia informativa. A finales de 2025, ese diagnóstico no ha perdido vigencia. Por el contrario, China se mantiene entre los últimos puestos del mundo en los índices internacionales de libertad de prensa y continúa siendo señalada como la mayor cárcel global para periodistas.


Las herramientas de control denunciadas entonces —formación ideológica obligatoria, aplicaciones de vigilancia, líneas rojas cada vez más amplias y castigos ejemplares— se han institucionalizado. Informar sobre temas considerados “sensibles”, desde derechos humanos hasta crisis sanitarias o conflictos internos, sigue implicando un alto riesgo de prisión, desaparición forzada o condenas bajo figuras penales ambiguas como “subversión” o “espionaje”.


Uno de los aspectos más críticos del informe de 2021 fue la situación de Hong Kong. En aquel momento, RSF advertía que la imposición de la Ley de Seguridad Nacional marcaba el principio del fin de un ecosistema mediático históricamente libre. En 2025, esa advertencia se ha materializado plenamente. El cierre de medios emblemáticos, los procesos judiciales contra editores y periodistas, y el clima generalizado de autocensura han transformado al territorio en un espacio donde la práctica periodística independiente es cada vez más residual.


El caso de Hong Kong resulta especialmente simbólico porque demuestra cómo el “antimodelo” chino, descrito por RSF, no se limita al territorio continental. La exportación de prácticas de censura, presión diplomática y propaganda estatal —a través de medios internacionales y embajadas— confirma la dimensión global de esta estrategia. Lo que en 2021 era presentado como una tendencia preocupante hoy se observa como un patrón consolidado.


En perspectiva, “El gran salto atrás del periodismo en China” funciona hoy menos como un informe coyuntural y más como un documento premonitorio. La aceleración de la represión, la normalización del control informativo y la erosión de espacios históricamente libres confirman que la libertad de prensa en China y Hong Kong no solo no se recuperó, sino que retrocedió a niveles que desafían los estándares internacionales básicos.


Cuatro años después, la advertencia de RSF sigue vigente: si este modelo no es contenido, no solo afecta a los ciudadanos chinos, sino que representa un desafío directo para la libertad de información a escala global.

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page